Arquitecto Ignacio Diaz Morales

                                         
                                   
La influencia de Ignacio Díaz Morales fue definitiva en la producción arquitectónica jalisciense contemporánea. Nació el 16 de noviembre de 1905 en Guadalajara, Jalisco. Sus estudios en la Escuela Libre de Ingenieros, lo llevaron a recibir el título de Ingeniero Civil y Arquitecto en octubre de 1928.


El joven ingeniero-arquitecto entró a trabajar en 1930 al Ferrocarril del Sudpacífico, compañía estadounidense que tenía su sede en Guadalajara, donde desempeñó una labor incansable. Proyectó y construyó la estación de Nogales, en la que proclamó mediante la arquitectura que "México estaba allí"; después creó las de Guaymas, Ruiz y otras; así como "casas de acción" para los ferrocarrileros. Por desgracia éstas últimas han desaparecido, pero permanece de ese periodo el Gran Hotel Playa de Cortés, que construyó al ganar el concurso al arquitecto neoyorquino Alfred Hopkins.

Dentro de su destacada labor profesional en el campo del diseño y construcción de edificios arquitectónicos y de espacios urbanos, descolló su atinada intervención en la conclusión o remodelación de algunos de los más valiosos edificios patrimoniales y de los más distinguidos espacios abiertos de Guadalajara.


Díaz Morales construyó en 1930 una casa para Trinidad Morales, famosa por su jardín interior, mismo que se convirtió en lección para los arquitectos al mencionar su creador una frase que bien pudiera ser su lema: "Concebir primero la cosa poética y alrededor de ella levantar los muros."

A mediados de los años treinta, se interesó por el urbanismo y concibió la cruz de plazas en torno a la catedral tapatía, que se hizo realidad quince años más tarde. A él se deben también la Plaza de la Liberación, el Templo Expiatorio y su plaza, la Capilla de las Mercedarias, la Parroquia de Nuestra Señora de la Paz y el Seminario Conciliar; la remodelación del Teatro Degollado, del Hospicio Cabañas y de la catedral de Tuxtla Gutiérrez. Además de numerosas residencias en Guadalajara y conjuntos habitacionales.

Casi desde el comienzo de su trabajo como arquitecto, las obras de Ignacio Díaz Morales llevan a sus extremos el desnudamiento, la depuración de funciones y formas y la honestidad como principio plástico, cualidades que no impedían que su alma romántica se colara por todos los rincones.


Fue fundador de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Guadalajara en 1949, la primera en ésta ciudad. Invitó al alemán Mathías Goeritz a participar en la escuela como catedrático y apoyo en la orientación de la enseñanza de la arquitectura. El mismo Díaz Morales fungió como director de la escuela desde su inicio hasta 1963. También fueron fundadas por él la Sociedad de Ingenieros y Arquitectos, Arquitectura A.C., conocida como Arquitac y Arquitectura Sacra, instituciones que han dejado una marcada huella en el medio de los arquitectos de Jalisco.

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